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Caen, Francia. ¡¡¡Una experiencia inolvidable!!!

  • Aarón Lledó
  • 7 jun 2017
  • 4 Min. de lectura

Muy buenas, esta es la última entrada que voy a escribir en el blog, y en ella os voy a contar cuál ha sido mi experiencia en este viaje.

EL COMIENZO DE TODO


Cuando me ofrecieron la oportunidad de venir a Francia, dije que sí sin pensármelo 2 veces. La verdad es que ya tenía en mente la idea de escoger el país para hacer las FCT desde el primer curso, puesto que era un destino que me llamaba bastante la atención.


Antes de comenzar esta aventura personal mis profesores me advirtieron que no iba a realizar prácticamente ninguna actividad relativa a mis estudios de administración, que estaba orientado principalmente a comercio. Aunque realmente me lo tomé como una experiencia para conocer un país, una cultura, un idioma distintos; en definitiva, poder desenvolverme de forma más independiente, sin encontrarme en mi zona de confort.


Al llegar al país me dí cuenta que aunque tenía un buen conocimiento gramatical del idioma, era bastante más complicado aplicarlo en la vida real, es decir, no podía expresarme tan fluidamente como quería y tampoco era capaz de entender todo lo que me decían. Pero también es cierto que al pasar el tiempo, el oído se me iba adaptando, y cada vez me era más fácil expresarme.

EL TRABAJO



Con respecto al trabajo no puedo poner ninguna queja, ciertamente he tenido buena suerte con el equipo que me ha tocado. Desde el primer momento me trataron muy bien, fueron pacientes conmigo y me explicaron como realizar las tareas que me mandaban.


Yo me encontraban en el departamento de "D.P.H." (Droguería, Perfumería e Higiene), aunque comencé como comodín, es decir, dentro de mi sección donde era necesaria mi ayuda; finalmente fui puesto en la zona de perfumería.


Mis tareas principales fueron las siguientes:


-Reposición de los productos.

-Organización del almacén.

-Traspaso de las comandas del papel al ordenador.


En el centro de trabajo hubo varias cosas que me llamaron la atención.

Una de ellas fue el tema de las pausas, se tomaban casi religiosamente (no había prácticamente ningún día que faltara, ni casi nadie que no las tomara) una por la mañana a las 9:00 y otra a las 16:30 por la tarde. Relacionado con los descansos, otra cosa fue las salas de descanso, pues había dos dentro del centro, una para fumadores (con los techos amarillos) y otra para no fumadores. Y por último, lo que más me llamó la atención fue que todo el mundo se conociera o no se saludaba y se daba la mano (por lo menos para mí fue algo llamativo, pues no estoy acostumbrado a ello).


Cuando tocó el día de irse, mis compañeros de trabajo tuvieron un detalle muy bonito. Entre todos pusieron dinero y me entregaron una tarjeta regalo para gastar en el centro. La verdad que me emocionó el hecho de que se acordaran de mí, aunque haya estado poco más de dos meses, más que el hecho monetario.


Por mi parte, para despedirme de todos decidí hacer dos pasteles de chocolate como agradecimiento.



Ciertamente, los voy a recordar gratamente.

EL OCIO


Con respecto al tiempo libre, he salido a visitar Caen y sus alrededores, tanto con mis compañeros de experiencia como yo solo.


Lo primero que hicimos fue hacer un tour por la ciudad, que no es muy grande y se puede ver en una tarde sin problema. Tiene distintos lugares, pero algunos que me parecieron bastante bonitos fueron "Hôtel de Ville" (sobre todo de noche);

y sus parques también me parecieron muy bonitos, como el "Parc de la colline aux oiseaux".


Después me fui a la playa de Ouistreham, de la cual me gustó bastante su paseo, pues había referencias históricas al desembarco de Normandía.



Aunque las primeras veces fui a la playa en transporte público, al descubrir que existía una vía verde de Caen a Ouistreham, no pude resistirme, me puse los cascos y la tuve que hacer, (me encanta realizar rutas andando). Recorrí los casi 20 km de trayecto, saliendo desde la residencia hasta la playa. He de confesar que sólo hice la ida, la vuelta la hice en bus (jejeje, fue una paliza la ida).



Otra de las cosas que hice fue ir a un partido de balonmano junto a uno de mis compañeros de viaje. La verdad que fue bastante emocionante ver el partido, pues la gente lo daba todo animando, haciendo que nos metiéramos nosotros también en el partido. Fue el primer partido de balonmano que vi en directo, y resulta que gracias a eso ahora me gusta este deporte y no me importaría ir a ver otros partidos.

EL FINAL DEL VIAJE



Como punto final, he de decir que es una aventura que insto a realizar a cualquiera que tenga la oportunidad. También he de agradecer al instituto por darme esta oportunidad y estar pendientes de nosotros; a mis compañeros de viaje por compartirla conmigo y aguantar mis manías; y por último a la ciudad de Caen y al centro de trabajo por acogernos.


Ciertamente, ha sido una experiencia inolvidable que volvería a repetir sin pensarlo.





 
 
 

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